- Introducción.
- En
México se consume alcohol tanto de manera regular y responsable como en exceso, pero
muchos individuos han caído ya desafortunadamente en la enfermedad llamada alcoholismo.
- En
México, la investigación científica sobre los patrones de consumo, el consumo abusivo
del alcohol y el alcoholismo es en realidad muy reciente, aún cuando el exceso en el
consumo y la propia enfermedad señalada constituyen, sin duda alguna, graves problemas de
salud pública en casi todos los países del mundo. Lo anterior se agrava en aquellos
donde sus efectos se conjugan con graves retrasos en lo económico y social: ése es el
caso de nuestro país donde se calcula que en la actualidad, sin considerar los daños
provocados por el consumo excesivo, existen cerca de 9 millones de personas inválidas por
el alcoholismo, afectando seriamente a casi la mitad de la población total en razón de
que el promedio actual de miembros por familia es de 5 personas (Berruecos, 1988).
-
- Panorama Epidemiológico.
-
- En
nuestro país el alcoholismo representa el 11.3% de la carga total de enfermedades. (Belsasso,
s/f). Así,
49
por ciento de los suicidios y 38 por ciento de los homicidios en el país se cometen bajo
los efectos de las bebidas alcohólicas, además de que 38 por ciento de los casos de
lesiones ocurren como resultado del consumo excesivo de bebidas embriagantes,
particularmente entre jóvenes de 15 y 25 años de edad, etapa de la vida en la que los
accidentes ocupan la primera causa de mortalidad. (Galán, 2001: 37). Conviene destacar
que más del 13% de la población presenta síndrome de dependencia al alcohol, esto es,
12.5 por ciento de hombres y 0.6 de mujeres entre 18 y 65 años de edad. Los jóvenes
entre 15 y 19 años de edad, sufren accidentes automovilísticos relacionados con el
alcohol que constituyen la primera causa de defunción concentrando el 15% de las muertes,
los homicidios el 14.6% y los suicidios el 6% de los fallecimientos. (Rosovsky, 2001: 49).
-
- En
la ciudad de México, al menos 700 mil menores de edad tienen problemas por consumo
excesivo de alcohol y esta enfermedad se localiza en el cuarto lugar de las diez
principales causas generadoras de discapacidad. Por otra parte, el 70 por ciento de los
accidentes, 60 por ciento de los traumatismos causados en los mismos, 80 por ciento de los
divorcios y 60 por ciento de los suicidios están vinculados con el alcoholismo. Se
calcula que aproximadamente dos millones 600 mil personas entre los 12 y los 45 años de
edad, no tienen acceso a tratamiento para el abuso o dependencia al alcohol y que el 64
por ciento de los homicidios están relacionados con el alcoholismo. Existen en México 12
mil grupos de alcohólicos anónimos y cerca de 1,500 de los llamados anexos
para desintoxicación bajo reclusión temporal.
-
- Las mujeres bebedoras.
-
- Según
estudios del Instituto Nacional de Psiquiatría, 9 por ciento de las mujeres entre los 18
y los 65 años en zonas urbanas beben 5 copas o más en cada consumo y el 1% de ellas son
dependientes al alcohol. Se calcula que el 10 por ciento de las bebidas alcohólicas que
se venden en México es consumido por mujeres sobre todo en las ciudades y que 32 millones
de mexicanos -esto es, una tercera parte de la población nacional-, son bebedores
regulares. En cuanto a las mujeres, las mayores de 60 años de edad son el grupo mas
afectado y usualmente se trata de población que empezó a beber en la juventud y
continúa haciéndolo ahora, lo cual se asocia a cambios importantes en la percepción
hacia el alcohol y con cambios de roles, mayor disponibilidad de recursos económicos y
acceso al empleo. Las normas socioculturales marcan diferencias en la conducta por sexo ya
que ellas son más vulnerables al rechazo. La mujer abandona con menos frecuencia al
varón alcohólico aún cuando la dependencia es muy similar en cuanto a su
sintomatología. En resumen, las mujeres actualmente beben a la par que los hombres lo que
las pone en desventaja en cuanto a los riesgos a su salud y dado que cuentan con más
grasa corporal, ello impide que el alcohol se pueda diluir por lo cual son más
vulnerables, además de que los niveles hormonales relacionados con los ciclos
menstruales, el embarazo y la menopausia, así como el hecho de tener una menor
proporción de agua en el cuerpo femenino, se relacionan con niveles más altos de
intoxicación con menores dosis de alcohol. (Medina-Mora, 2001: 5B).
-
- Antecedentes.
-
- Aún
cuando existen reportes de estudios médicos enfocados a los efectos del consumo en el
organismo humano y que datan de finales del siglo XIX, la investigación psicosocial y
cultural sobre este problema se remonta apenas a los años setenta con el surgimiento del
actual Instituto Nacional de Psiquiatría y su División de Investigaciones
Epidemiológicas y Sociales, que es la que más estudios ha hecho en la materia.
- A
pesar de lo anterior, desafortunadamente prevalece en el ámbito científico el enfoque
médico (sanitarista, epidemiológico y clínico) en detrimento de los estudios de corte
social, psicológico y cultural, a lo que habría que agregar que existen innumerables
estudios hechos en zonas urbanas y no en el campo aún cuando la población rural en
México es aún alta. Ello afecta particularmente el conocimiento que se tiene por
ejemplo, de lo que ocurre en las comunidades indígenas donde la pobreza y la marginación
acentúan los efectos del consumo (Berruecos, 1989). Cabe mencionar que en la actualidad,
esta población indígena asciende a cerca de 16 millones de habitantes, hablantes de 64
lenguas diferentes. Este complejo mosaico cultural impone tareas urgentes, creativas y que
no pueden ya postergarse, sobre todo en los albores de un nuevo siglo, por lo cual en el
presente trabajo, se plantean las fortalezas y debilidades de la investigación
psicosocial y cultural acerca del consumo del alcohol y del alcoholismo así como el poco
interés científico por lo que sucede en el medio rural y se analizan las causas de la no
inclusión en las políticas públicas de alternativas para afrontar los retos al porvenir
en este mundo rural en cuanto al consumo excesivo y el alcoholismo.
-
- El problema.
- De todos es
sabido que el alcoholismo es la última fase de un proceso que inicia con el consumo
ocasional o experimental pasando por el consumo moderado (López, 2000) y que puede
derivar en el consumo excesivo. Este fenómeno es casi tan antiguo como el hombre mismo y
la preocupación por entenderlo y contender sus efectos, también existe desde hace mucho
tiempo.
- Sin embargo
y a pesar de ello, no fue sino hasta mediados del siglo XIX que un investigador inglés se
atrevió por primera vez a considerar al alcoholismo como una enfermedad (Velasco, 1980 y
1997). Una vez aceptado ello, automáticamente los médicos decidieron que por esa razón,
la enfermedad del alcoholismo era uno de sus objetos de estudio. No fue sino hasta
mediados del siglo XX, casi 100 años después, cuando en una reunión internacional de la
Organización Mundial de la Salud, se reconoció que esta enfermedad tenía que ver con
problemas de índole psicológica del individuo que consumía en exceso, por lo cual se
abrió por fin la puerta a los investigadores de la mente (Barr, 1999). Sin
embargo, años más tarde, también se decidió que era una enfermedad no solo
psicológica sino también social por lo cual, casi a finales de la década de los
sesenta, aparecen por primera vez los estudios sociales y culturales acerca del consumo
del alcohol (Medina-Mora, 1988, Berruecos, 1988).
- México no
tardó tanto en llegar a esta nueva meta del organismo internacional debido a que a
principios de los setenta, como se mencionó, surgió el Instituto Nacional de
Psiquiatría que desde entonces dedica parte de su esfuerzo a esta tarea.
- De entonces
a la fecha, se han hecho varias encuestas nacionales de adicciones a partir de 1988 (SSA,
1990) entre las cuales desde luego se incluye al alcohol, la principal droga de consumo en
México: desafortunadamente, la mayoría de ellas tienen un enfoque mas bien urbano que
rural. También existen varios estudios en población infantil, adolescente, escolar y
universitaria y de la tercera edad (Berruecos, 2000) pero de nuevo, casi todos ellos
fueron desarrollados en grandes urbes. Por tanto, no sabemos exactamente cuál es la
dimensión del problema en las zonas rurales o indígenas donde sus efectos devastadores
son aún mayores debido a la marginación y pobreza en la que se encuentran sumidas desde
la conquista (Berruecos, 1989).[2]
- En un
estudio que hicimos acerca de la legislación emitida en materia de bebidas alcohólicas
desde el porfiriato hasta el sexenio de Miguel de la Madrid, comprobamos que existen
innumerables acuerdos, decretos, normas y reglamentos enfocados básicamente a la oferta,
es decir, a la aprobación de permisos para la venta, circulación, distribución y
consumo de bebidas alcohólicas en detrimento de legislación en torno a la demanda, la
prevención y la educación (Berruecos, 2001).
- La única
acción oficial importante en los últimos años, es la creación del Consejo Nacional
contra las Adicciones que actualmente funciona con poca capacidad ejecutiva, escaso
presupuesto y personal y que debe atender no sólo la adicción al alcohol, que es el
principal problema de drogas en México, sino a otras enfermedades provocadas por el
consumo excesivo.
- Desde que
surgió la enfermedad del SIDA, los pocos recursos en materia de salud se han desviado a
atender y no necesariamente en su totalidad, este padecimiento, restando importancia a
problemas como el consumo del alcohol.
- Pocas son
las campañas oficiales en materia de educación y prevención aún cuando se han hecho
algunos esfuerzos por parte de las autoridades educativas y de salud que desdichadamente
no se han traducido aún en cifras que demuestren la reducción del problema. Por ello,
nos atrevemos a decir que hay una ausencia importante de políticas públicas en la
materia y ello sobretodo resalta en el caso de las comunidades rurales o indígenas en
donde ni hay investigación, ni mucho menos programas de educación o prevención.
- En razón de
lo anterior, no sería temerario afirmar que no existen en México políticas públicas
para la atención de problemas derivados del consumo excesivo de alcohol y el alcoholismo
en poblaciones rurales o indígenas y que lo que se ha planeado para otras poblaciones, no
es suficiente. Cabe señalar también que desde hace muchos años, el alcohol es no sólo
uno, sino el instrumento ideal para el endeudamiento de los trabajadores y jornaleros
agrícolas, en su mayoría de origen rural o indígena a quienes se les paga con alcohol
parte de su salario y se les endeuda de por vida.
- Si el
alcohol forma parte importante de los ciclos de vida que se inician con el pedimento de la
novia hasta el nacimiento del hijo y su paso por los diferentes procesos (Rivera Cruces,
2001 y García Salgado, 2001) y momentos sociales; si el alcohol es parte de las
tradiciones y costumbres de los pueblos desde tiempos ancestrales (Vargas Guadarrama, 1999
y Medina-Mora, 1999) y si también es uno de los negocios más importantes que existen en
México como en muchos países, cabe preguntarse por qué no existen en México políticas
públicas integrales como sí las hay en otros países desarrollados, que atiendan el
problema de la demanda, es decir, de los usuarios afectados por este consumo.
- Acciones a
futuro.
- Si se
diseñaran nuevas políticas públicas en la materia, varias serían entonces las tareas
que corresponderían tanto al gobierno como a la sociedad civil y ellas pueden
concentrarse en cuatro acciones que no pueden posponerse mas, si es que de verdad se
quiere atender el problema:
- En primer
término, sería muy importante que se destinen más recursos a la investigación -pero no
sólo de corte clínico o biomédico- acerca de los patrones de consumo por población y
que se dediquen más esfuerzos al entorno rural e indígena del cual poco conocemos
(Medina- Mora, 1994 y Berruecos, 1994).
- En
segundo lugar, sería muy importante también destinar esfuerzos a la capacitación de
personal que atienda el problema y lo sepa investigar: el asunto de las adicciones es un
tema muy complejo que requiere no sólo de una buena capacidad investigativa sino
también, de conocimientos amplios del problema, lo cual lleva tiempo. Por otra parte, son
contados los especialistas serios que conocen realmente qué son las adicciones y en
particular, el alcohol y como funciona en el organismo, los efectos que provoca y cómo
debe atenderse a un paciente que presenta síntomas de la enfermedad. Sería interesante
revisar los planes y programas de estudio de las múltiples escuelas y facultades de
medicina y otras áreas de la salud e incluso de las ciencias sociales que existen en el
país, por ejemplo, para poder así constatar que la información que se les proporciona a
los estudiantes es muy pobre y deficiente. A lo anterior habría que añadir al ancestral
problema de la falta de capacitación en materia de investigación de los estudiantes
universitarios, lo cual se constata con su primera aproximación a esta tarea que es la
elaboración de la tesis de grado, razón por la cual muchos alumnos no terminan con su
proceso educativo.
Existen en México cerca de dos mil psiquiatras de los cuales solamente 11 son miembros de
la Academia Nacional de Medicina y no más de 50 están capacitados para atender problemas
de adicciones para una población de 100 millones de personas, de las cuales 9 millones
son adictos y más de 30 millones consumidores habituales, lo cual refleja la urgencia de
formación de recursos humanos en este campo. (Belsasso,
s/f).
-
- La
prevención, que constituye sin duda alguna la herramienta más barata, la de mayor
alcance y de mejores resultados, no se ha implementado en nuestro país mas que por grupos
aislados con buenas intenciones pero quizá sin el conocimiento científico necesario. Las
campañas preventivas deben hacerse a varios niveles, en diferentes momentos y escenarios,
con contenidos variados y acordes a la población a la que se destinarán y, sobre todo,
con programas de seguimiento y evaluación que midan los resultados positivos y negativos
de las mismas y desde luego, de manera coordinada (CESAAL, 1991, Narro, 1994 y Tapia,
1994). Actualmente existen diversos modelos preventivos (Para vivir sin drogas del CIJ;
Chimalli INEPAR-, PEPCA de la SEP y Construye tu vida sin adicciones SSA-) y
desde 1986, el CONADIC coordina esfuerzos para la prevención y combate de los problemas
de salud causados por las adicciones y el Instituto Mexicano de la Juventud tiene desde
hace 12 años un programa denominado PREVEA (Programa Nacional Juvenil para la prevención
de las adicciones (Conadic Informa, Boletín
Especial, Junio 2001).
-
- Por último,
están la rehabilitación y el tratamiento de aquellos que desafortunadamente han
contraído la enfermedad, tarea nada fácil si miramos las estadísticas pobres de
recuperación que se logran a pesar de los variados tratamientos que existen.
Desafortunadamente, también abundan los que dicen tener en sus manos el tratamiento ideal
y a veces hasta mágico, muchas de las veces nada científico, y que se basa en creencias,
tradiciones, modas y mercadotecnia aprovechando la necesidad del familiar del paciente de
recurrir a lo que sea con tal de aliviar al enfermo. Es verdaderamente sorprendente ver la
cantidad de personas que anuncian sus servicios como terapeutas o especialistas y que en
realidad no tienen la capacitación para ello. Lo anterior quizá existe como una
respuesta de la sociedad ante la ausencia de programas oficiales de tratamiento y
rehabilitación que son inexistentes en el sector salud lo cual implica que un enfermo de
alcoholismo, si no cuenta con los recursos necesarios para su atención, seguramente
caerá en situaciones como las descritas.
- Para contender
con esta situación, se anunció el pasado mes de junio que se pondrá en marcha un
Programa contra el alcoholismo y el abuso de bebidas alcohólicas en el que participarán
expertos e instituciones especializadas. El Instituto Mexicano del Seguro Social y la
Facultad de Psicología de la UNAM, instalarán 50 clínicas de atención a bebedores
excesivos en todo el país; el ISSSTE iniciará próximamente un programa en el desarrollo
de estrategias para combatir las adicciones entre las cuales se encuentra el alcoholismo
en todas las dependencias gubernamentales y los Centros de Integración Juvenil atienden
actualmente en sus 75 unidades operativas a usuarios con problemas relacionados.
Próximamente se impondrá una Norma Oficial Mexicana para la Prevención, Tratamiento y
Control de las Adicciones a fin de incrementar la calidad en la prestación de los
servicios. En tanto, el Consejo Nacional contra las Adicciones atiende un promedio diario
de 750 llamadas a través de sus servicios de orientación telefónica (Galán, 2001: 37).
- A pesar de
las normas oficiales vigentes (Meljem Moctezuma, 2000), como la publicada el 15 de
septiembre de 2000 (Norma Oficial Mexicana para la prevención, tratamiento y control de
las adicciones) con el objeto de establecer los criterios mínimos de calidad para la
atención de estos problemas, continúan existiendo centros de tratamiento,
rehabilitación y atención que no cuentan con personal capacitado ni mucho menos
especializado (Nava Hernández, 2000) y que no son controladas por autoridad alguna. Lo
mismo sucede en materia educativa en donde observamos que abundan también los programas,
cursos y diplomados, la mayoría de ellos sin el aval universitario, de pobre calidad y
con una duración tan corta que es imposible cubrir siquiera lo mínimo indispensable que
cualquiera debe conocer sobre el asunto, la mayoría de las veces impartidos por personas
que no tienen la capacidad para hacerlo.
- La verdad de
las cosas es que los diversos gobiernos se han desentendido en gran parte del problema al
no proveer mayores recursos para la investigación, al no supervisar los centros de
atención o los programas que se imparten y al no tomar medidas más drásticas para que
se cumplan las leyes, por ejemplo, en materia de control sanitario, publicidad de bebidas
alcohólicas, en la proliferación de centros y puntos de venta, sus horarios y las
múltiples ofertas que constante e impunemente se lanzan por doquier para promover el
consumo excesivo.
- Si el
alcohol llegó para quedarse y así ha sido por miles de años y por lo visto seguirá
siendo, si las campañas abstencionistas han fracasado y si el problema sigue creciendo
pues crecen no sólo la población sino consecuentemente la producción y el consumo, es
hora ya de que el gobierno actual y la sociedad hagan conciencia de los graves daños que
causa a la propia sociedad tanto el consumo excesivo como el alcoholismo y se tomen las
medidas adecuadas.
- En muchos
otros países se ha decidido, por ejemplo, subir la edad límite para la venta de alcohol;
en otras, las restricciones de venta son mucho mayores al igual que en relación con la
publicidad; en otros mas, los castigos por conducir en estado de ebriedad son realmente
altos y se cumplen y existen lugares donde no se otorgan permisos para la producción mas
allá de las expectativas que su venta puede ocasionar, por lo cual hay controles más
estrictos y con esas y otras medidas, se ha logrado abatir un poco el problema.
- Por otra
parte, en países desarrollados existen grandes centros interdisciplinarios de
investigación, revistas científicas, eventos internacionales académicos de diversa
índole y de alto nivel, que estudian el problema, legisladores concientes de las reformas
legales que deben hacerse, para lo cual consultan a los expertos y, sobre todo, recursos
del Estado para la atención de los enfermos: poco de ello sucede en México y si se dan
algunas acciones, generalmente son de manera aislada, sin coordinación y con pocos
resultados efectivos.
- Cabría
entonces preguntarse si de verdad hay voluntad política para atender este problema de
magnitudes insospechadas y que afecta a toda la sociedad. Varios son los planes y
programas que se han propuesto al cambio de diversos gobiernos, lo mismo que campañas sin
resultados concretos que gastan más en su propia publicidad que en la atención del
problema; se hacen apologías y se dedican días al problema del tabaco o de otras drogas,
se instrumentan congresos de toda índole, los investigadores publican algunos resultados
con los magros recursos con los que cuentan para su tarea, pero a la par, continúan los
actos de violencia intra familiar, los accidentes de trabajo, los suicidios, homicidios,
pérdidas económicas mayores y todo tipo de situaciones que podrían, si no eliminarse
completamente, cuando menos abatirse o prevenirse de alguna forma si existiera conciencia
del problema en las autoridades, voluntad de acción y modificación de leyes obsoletas o
que no se aplican.
- Afortunadamente
ya existe el proyecto de un Programa contra el alcoholismo y el abuso del alcohol cuyas
metas van hasta el año 2006 y que se basa en la experiencia de los últimos 25 años de
evaluaciones de políticas y estrategias diversas que han surgido sobre todo a partir de
la promulgación de la Ley General de Salud de 1984, y que pretende disminuir los efectos
negativos del consumo irresponsable. Este proyecto señala que además del daño
económico a la sociedad, el alcoholismo se asocia a cuatro de las principales causas de
mortalidad como lo son los accidentes, la cirrosis hepática, los homicidios y los daños
autoinflingidos, por lo cual se requiere de coordinar las acciones necesarias, formación
y capacitación de personal para la prevención y la investigación, la participación de
la sociedad en general y la revisión de la legislación existente en cuanto a la
producción, distribución y venta de alcohol así como la creación de centros de
tratamiento y rehabilitación, la regulación de la publicidad y la evaluación permanente
de programas. (Velasco, 2001).
- Mientras no
se dediquen mayores esfuerzos, recursos y atención al problema del consumo excesivo y del
alcoholismo para conocer su magnitud y los mejores caminos para atacarlo, tendremos que
seguir contendiendo con los devastadores efectos en la sociedad que esta enfermedad trae
consigo.
-
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2001-2006. Documento Interno: mayo 2001.
-
-
- [1] Antropólogo Social e Historiador.
Profesor Titular de Tiempo Completo del Departamento de Relaciones Sociales de la Unidad
Xochimilco, Universidad Autónoma Metropolitana y Profesor de Asignatura en la Maestría
en Administración con Formación en Sistemas de Salud, División de Estudios de Posgrado
de la Facultad de Contaduría y Administración, Universidad Nacional Autónoma de
México. Ciudad de México.
- Correos
electrónicos:
lberruecos@prodigy.net.mx y lberruec@cueyatl.uam.mx
-
- [2] En
la actualidad se cuenta con diversos estudios que dan cuenta de la magnitud del problema
en México, tales como las Encuestas Nacionales de Adicciones realizadas en 1988, 1993 y
1998 en población urbana en edades entre 12 y 65 años de edad; asimismo existen
encuestas en población estudiantil desde 1976 y se ha instalado un Sistema de Reporte de
Información en Drogas, diseñado hace 15 años que registra las tendencias así como un
Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones que desde 1991 mantiene
actualizado el diagnóstico del consumo, así como los reportes de los 72 centros de
integración juvenil que existen en todo el país.
- info
-
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-
- Dr. Luis Alfonso Berruecos Villalobos
-
- Nació
en la Ciudad de México. Su amplia formación académica incluye Licenciatura en
Etnología, Maestría en Antropología Social y Cultura, Doctorado en Antropología Social
y Cultural, Doctorado en Historia de México y tiene estudios en Psicoterapia
Psicoanalítica. Ha sido Colaborador,
Profesor, Investigador y Asesor en diversas instituciones y universidades, entre ellas,
Michigan State University, Escuela Nacional de Antropología, Centro Mexicano de Estudios
en Farmacodependencia, Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza
Superior, Instituto Mexicano de la Audición y el Lenguaje, Fundación de Investigaciones
Sociales, Secretaría de Educación Pública, Consejo Nacional contra las Adicciones y el
Museo Nacional de Antropología. Ha
participado en 457 conferencias y ponencias, tanto en México como en Estados Unidos, el
Caribe, Europa, Australia, Nueva Zelanda y Medio Oriente.
-
- Actualmente
es Profesor e Investigador en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco;
Profesor Asesor y Tutor de la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM;
Investigador del Centro de Estudios sobre Alcohol y Alcoholismo; Miembro del Comité de
Evaluación en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología; Profesional Asociado de la
Universidad de Londres y Profesor y Coordinador Académico de la Fundación Ama la
Vida.
- Panorámica
Actual de la Investigación Social y Cultural sobre el Consumo del Alcohol y el
Alcoholismo en México
-
- Dr.
Luis Alfonso Berruecos Villalobos[1]
- Departamento
de Relaciones Sociales,
- Universidad
Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco, Ciudad de México
- lberruecos@prodigy.net.mx
- lberruec@cueyatl.uam.mx